El trauma del terror
Mi infancia, como la de otros muchos, ha sido traumática. Y a ello ha contribuido mucho la falta de cariño televisivo. Cuando todos los del 84 pudieron ver Rambo, Alien, Rocky y Pipi Calzaslargas, yo me acostaba puntualmente a las 9 y dejaba atrás un mundo de sangre y violencia cinematográfica. 23 años he tardado en ver la saga completa de Alien, 18 para Rambo (sólo la I) y todavía no he tenido la suerte de deleitarme con Rocky.
Aunque también dejé de lado la serie B, pero eso ya lo dejo para cuando cumpla los 50. Eso y el Ulises de James Joyce. Pero la casualidad ha querido que me topase con esta pieza que me ha costado digerir. No es que sea mala, de hecho Martin Landau está clavado, pero ya digo, cuesta tragar.
Y lo de Alien, pues eso, que se ve que tenían muchas ganas de revivir a la Ripley, porque no tiene mucho sentido dar la matraca durante 500 años para enfrentarse siempre al mismo malo. Me quedo con las dos primeras, y a Jeunet seguro que se le cae la cara de vergüenza después de haber hecho maravillas. Lo bueno es que ahora sí puede superarse.
De nano, en el zoológico de Valencia, recuerdo que había un insecto expuesto y comentaban que esa especie fue la inspiración para la creación del Alien, ¿alguien sabe algo?
La dosis de hoy
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